La casa de Bernarda Alba, análisis de la obra de Lorca

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Sin duda alguna, Federico García Lorca es uno de los autores teatrales más importantes del pasado siglo XX en nuestra lengua. Un hombre con un talento descomunal que por desgracia, tuvo un final terrible al principio de la contienda guerracivilista que sufrió España a finales de la década de los 30. Lorca era uno de los artistas más destacados de aquella generación, junto a otros como Machado, Buñuel o Alberti, pero los otros consiguieron escapar del país o del régimen, una suerte que no acompañó al granadino. Además de su obra teatral, Lorca también destacó por su poesía, convertido en una referencia para toda su generación, y uno de los literatos más estudiados no solo en su país, sino en todo el mundo.

La poesía y la obra dramática de Lorca se han convertido en un auténtico pilar de la literatura en español desde su aparición, a principios del siglo XX. Todavía hoy, casi cien años después de su muerte, se siguen representando por todo el mundo, especialmente La Casa de Bernarda Alba, seguramente su obra de teatro  más popular y reconocida. Escrita en sus últimos meses de vida, Lorca volcó en ella muchos de sus temas recurrentes, como el honor, la muerte o la familia, creando una obra maestra atemporal que nos habla de la Andalucía profunda de principios del siglo XX en torno a una familia peculiar, la formada por Bernarda Alba, una mujer de carácter fuerte y dictatorial que mantiene encerradas a sus cinco hijas después de enviudar por segunda vez. ¿Conoces esta obra? Pues hemos preparado un análisis en profundidad para entender mucho mejor todo lo que Lorca quería decir cuando la escribió.

Resumen de la casa de Bernarda Alba

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Con tan solo 60 años, Bernarda Alba enviuda por segunda vez, y decide llevar al extremo el luto por su último marido, encerrándose en su casa con el resto de su familia durante ocho años. Junto a ella están Angustias, Magdalena, Amelia, Martirio y Adela, además de su propia madre y dos criadas. Las cuatro hijas mayores, aun sin entenderlo muy bien, acatan la dictatorial decisión de su madre. Sin embargo, Adela, la pequeña se rebela constantemente contra ella. La situación se vuelve mucho más compleja cuando Adela descubre que el hombre con el que mantiene una relación en secreto, Pepe el Romano, va a casarse con su hermana mayor, Angustias. El descubrimiento de esta relación ilícita, en el segundo acto, supone el punto de conflicto principal de la obra.

Los personajes de La casa de Bernarda Alba

Como solía ocurrir en las obras de teatro de Lorca, la mayoría de personajes importantes de la historia son mujeres. De hecho, el único personaje masculino es Pepe El Romano, que aquí aparece como el amante ilícito de una de las hermanas, y prometido de la mayor de ellas. La protagonista es Bernarda Alba, un persona tiránica que se acoge al periodo de luto después de la muerte de su segundo marido, y arrastra a todas sus hijas a su vida de encierro, castrando su libertad y su propia juventud. De entre las hijas destacan sobre todo Adela, la más pequeña y la única que se rebela contra los designios de su madre, y también Angustias, la hija mayor que parece estar preparada para convertirse en una sombra de Bernarda, aceptando el matrimonio con un hombre que, sin saberlo, está relacionado con su hermana pequeña.

Análisis de la Casa de Bernarda Alba

Aunque hay varios temas interesantes en toda la obra, seguramente el más importante sea la rebeldía, el ansia de una nueva generación por romper con todo lo establecido y salir de ese ambiente claustrofóbico y cerrado, representado por la propia casa de la protagonista, que no es más que una metáfora de la propia situación de la España de la época, un país envuelto en una inestabilidad política brutal, y que poco después de que Lorca terminase la obra sufrió incluso una Guerra Civil. A través de la historia de Adela y su enfrentamiento contra su madre, Lorca se coloca de parte de los rebeldes, los que no quieren verse sometidos por las leyes sin sentido del pasado, o por el fanatismo religioso, que aquí aparece representado de forma clara en la propia reacción de la madre a la muerte de su marido.

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El poder es otro tema fundamental de la obra, y el cómo Bernarda hace uso de él para encerrar a sus hijas y obligarlas a un luto absolutamente exagerado. La manera tiránica en la que la madre trata a las niñas se puede entender, en cierto modo, como un amor protector, pero  no es más que egoísmo y ganas de guardar las apariencias. El conflicto entre las hermanas por el amor de Pepe El Romano también tiene una importancia vital en la obra, con Lorca mostrando como el poder somete al amor auténtico, el que siente el hombre por Adela, encarrilándolo hacia un amor más práctico pero totalmente de pega, cuando relacionan a Pepe con Angustias, la hermana mayor. Los celos, las envidias y la presencia constante de la muerte son también temas importantes en esta obra cumbre del teatro español, que esconde mucho más de lo que uno puede esperar a simple vista en una obra como esta, gracias a tener detrás a un genio como fue Lorca.

Simbología en la Casa de Bernarda Alba

Lorca era poeta antes de dramaturgo, y utiliza también aquí toda la simbología que se puede encontrar en sus versos, utiliza diferentes recursos simbólicos para expresar las emociones y deseos de las protagonistas. Por ejemplo, el deseo sexual se expresa a través de la naturaleza, como el agua, las perlas o los animales, estando externos a la vida en la casa, y al propio poder de Bernarda. Los colores también son símbolos opuestos, como blanco y el negro para lo positivo y lo negativo, el casamiento y el luto. Incluso el propio calor reinante, que forma una parte importante en las conversaciones de la obra, tiene su significado, como símbolo del agobio y de la tensión que va creciendo entre las paredes de esa casa. El poder de la propia protagonista, Bernarda, está simbolizado en su bastón, el objeto con el que va a todas partes, casi como un cetro para un rey despótico.